Aunque nació hace más de 2500 años, el confucianismo (儒家思想, [rújiā sīxiǎng]) sigue siendo una pieza clave para entender la sociedad china contemporánea. No se trata de una filosofía antigua, sino que sus valores aún están presentes en la política, la educación y las relaciones personales. Para quienes estudian chino, conocer esta influencia es esencial para comprender tanto el idioma como la cultura del país.

El gobierno

Uno de los conceptos fundamentales del confucianismo es la importancia del ejemplo que dan los líderes para inspirar al pueblo. Según Confucio (孔子, [Kǒngzǐ]), un buen gobernante no impone con fuerza, sino que guía con virtud y rectitud moral. Esta idea de que los líderes deben ser modelos a seguir sigue influyendo en la visión del gobierno en China, donde se promueven valores como la estabilidad, la armonía social (社会和谐, [shèhuì héxié]) y la unidad nacional.

La educación

La educación (教育, [jiàoyù]) es otro eje central. Confucio veía el aprendizaje no solo como una forma de adquirir conocimientos, sino como un camino hacia el crecimiento personal y el desarrollo de la virtud. Hoy, esta creencia persiste en el énfasis chino en los exámenes nacionales (como el 高考 [gāokǎo]) y el esfuerzo académico. En las escuelas, se promueven valores tradicionales como la «piedad filial» (孝, [xiào]), la lealtad (忠, [zhōng]) y el respeto a los mayores y profesores.

La familia

Otro de los aspectos de esta filosofía que se mantiene hasta hoy es la percepción de la familia como base del orden social. La idea de que el bienestar de la comunidad empieza por el comportamiento virtuoso del individuo en el entorno familiar se traduce, por ejemplo, en el lenguaje chino, donde muchos términos reflejan jerarquías familiares y relaciones sociales cuidadosamente estructuradas. En la actualidad, el papel de la familia sigue siendo esencial en la vida china, y se ve reflejado, por ejemplo, en la responsabilidad hacia los padres ancianos.

El trabajo

En el ámbito profesional, los valores confucianos también están presentes. En las empresas se sigue valorando la obediencia a las jerarquías y las relaciones personales (关系 [guānxi]).

La política exterior

Incluso en la política exterior de China se notan rastros del pensamiento confuciano. Frases como «convivir en armonía con las diferencias» (和而不同, [hé ér bù tóng]) reflejan la apuesta por una diplomacia basada en el equilibrio y la convivencia.

En los últimos años, el gobierno chino ha revitalizado valores confucianos para reforzar la identidad cultural, el respeto por las tradiciones y la unidad social. No obstante, esta tendencia también ha sido criticada por quienes consideran que refuerza estructuras jerárquicas estrictas y la desigualdad de género. Asimismo, también subrayan los desafíos que presenta la aplicación de estos valores en la vida moderna. 

Aún así, entender el confucianismo es indispensable para quien busca comprender la esencia de la cultura china, tanto en sus raíces como en su transformación actual.